No es un título relacionado con la economía. No es un indicador a seguir en los mercados financieros. Pero es un referente en mi vida académica y no quiero dejar pasar la ocasión que me brinda éste blog para éste pequeño, mínimo homenaje.
«Conocí» a Miguel Delibes en Finlandia. Aunque suena muy exótico, el conocimiento a que hago referencia fué simplemente literario. Desconozco si el escritor ha conocido en alguna ocasión el país escandinavo, pero yo lo «conocí» allí. Fué en una biblioteca de la ciudad finlandesa de Pargas, al sur, en el archipiélago de Turku. Estaba allí por motivos familiares y llevaba una temporada inusualmente larga. Lógicamente estaba aprendiendo el idioma sueco en un entorno rural maravilloso, donde la única lengua hablada era éste idioma y el finlandés, todavia mas dificil para un hispanoparlante. En Pargas, una pequeña poblacion de 12.000 habitantes, habia una biblioteca pública pequeña pero muy confortable y donde pude encontrar algunos libros en español. No es sencillo, aunque lo parezca.
Así, me topé con «Cinco horas con Mario», de Miguel Delibes. Después de haber estado intentando hablar sueco, aquellas líneas en castellano fueron un bálsamo para el espíritu. Estoy hablando de hace casi 18 años , donde nuestro idioma no era el preferido por la población finlandesa, más proclive al alemán y por supuesto, el inglés.
Me cautivó de tal manera, que mis largas tardes invernales se convertieron en un desaforado afán por la lectura, en castellano, de la obra de Delibes. Terminé el libro en dos dias, y fuí rapidamente a ver si conseguia algún título más. Así llegó a mis manos «El camino», «El príncipe destronado», «La sombra del ciprés…..»
Demasiado para una pequeña biblioteca finlandesa , hace, insisto, 18 años. Llegó el verano, la naturaleza se abría con la fuerza del color de los bosques y los lagos finlandeses. Mis largos paseos en bicicleta por los alrededores de casa con un sólo equipaje : un libro. De Delibes, por supuesto.
Fué quien me inició en la lectura, propiamente dicho. Disfrutar de su obra ha sido un gran placer, intentar aprender su castellano perfecto una de mis ambiciones. Directo, sin circunloquios. Descanse en paz