La deuda del Gobierno

Hay un artículo en El Confidencial del sr. McCoy que merece la pena leer. Es sobre la Cigarra y la Hormiga y nos viene a decir que España claramente, es la Cigarra. Vamos, que nos vemos en pleno invierno con una bufanda y sin abrigo, recordando los viejos tiempos de gloria cuando el sol radiante nos calentaba la espalda al son de que vivíamos en una economía de barro sostenida primero por las ayudas económicas de la UE, después por un desorbitado plan urbanístico que llenaba nuestras costas y nuestras ciudades de ingentes obras de edificios de viviendas que iban a ser ocupadas por las nuevas generaciones provenientes de la inmigración. Pero de productividad, nada de nada, sobre investigación tecnológica, bien poquito. Sobre reformas de un mercado de trabajo rígido, nada de nada. En fin, al calor del buen tiempo sin pensar en el invierno. Les recomiendo su lectura.

¿Qué podemos hacer? nada si el Gobierno no ha sabido, o no ha querido, hacer nada. Nada efectivo, claro está.. Mientras tanto, el trabajador activo soporta sobre sus hombros una deuda de 87.000 euros anuales, que es como se redondea el total de la deuda pública , que aumenta un 86% y ha hecho disparar todas las alarmas ( ¿no estaban ya encendidas…?) de tal manera que la deuda publica representa un 11% del PIB. Demasiado despilfarro de las AAPP, donde la sensación de despilfarro imagino no es baladí y donde las cuentas, miren como se miren, no cuadran. Esto amenizado con nuevos casos de corrupción que hartan hasta la saciedad al ciudadano medio.

Bueno, no podemos hacer nada si el Gobierno no actúa con eficiencia, pero sí podemos aplicarnos el cuento a nivel individual. Las recomendaciones son las de siempre : evitar endeudarse innecesariamente, quitarse de enmedio ( cuando se pueda) deudas «pequeñas» y cuidar el puesto de trabajo como nunca.

Son cuestiones elementales, lo sé, .Es lo que se dice popularmente «apretarse el cinturón», pero lo importante es que ,aunque más estrechos, no nos ahoguemos como parece que se ahoga el Gobierno con sus indecisiones económicas. A ver si, de una santa  vez, se ponen a trabajar.

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